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Sudamericano Sub-17 2025: Tendencias y Conclusiones de Scouting

11 min Read

Exploramos los principales hallazgos de scouting de una de las mejores com­peti­ciones disponibles en el Youth Pack de Hudl Wyscout.

En la economía global del fútbol actual, identificar talento de élite es más competitivo —y más urgente— que nunca. Los ojeadores buscan constantemente al próximo Neymar, Luis Suárez o Moisés Caicedo: jugadores que se dieron a conocer antes de cumplir los 18 años. En este contexto, el Sudamericano Sub-17 de CONMEBOL destaca como una mina de oro para clubes con visión de futuro: una rara oportunidad de evaluar talento emergente antes de que el mercado se adelante.

Si bien los jugadores a nivel Sub-17 aún están en formación, la realidad es que cuando llegan al Sub-20, a menudo ya es tarde. Los perfiles más prometedores ya han sido fichados, se han encarecido o entrenan en el extranjero. La edición de este año no fue la excepción: Denner, de Brasil, y Justin Lerma, de Ecuador —dos de los mayores talentos del torneo— firmaron con Chelsea y Borussia Dortmund, respectivamente, antes del certamen. El scouting juvenil temprano ya no es un lujo. Es una necesidad.

El Sudamericano Sub-17 representa la primera prueba internacional real para muchos prospectos sudamericanos —un entorno intenso y de alta presión que revela mucho más que los highlights. En las últimas tres décadas, este torneo ha sido la plataforma de lanzamiento para algunas de las mayores estrellas del continente: Pablo Aimar (1995), Ronaldinho (1997), Carlos Tévez (1999), Alexis Sánchez (2003), Luis Suárez (2003), James Rodríguez (2007), Neymar (2009), Vinícius Jr. (2017) y Moisés Caicedo (2017), por nombrar algunos.

Pero para la mayoría de los equipos de captación, cubrir un torneo como este en persona es un reto o un gasto considerable. El formato es condensado: los partidos se disputan en rápida sucesión en dos ciudades, con alta rotación de plantillas y ventanas de recuperación cortas. Los costes de viaje, la programación y la visibilidad hacen que los enfoques tradicionales de scouting sean ineficientes, si no imposibles.

Por eso el video scouting es esencial y por qué Hudl Wyscout se ha convertido en la plataforma de referencia para los clubes que quieren adelantarse, identificar y comprender el talento antes, y actuar más rápido que la competencia.

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La edición de 2025, celebrada en Colombia, no fue la excepción y contó con una serie de talentos emocionantes. A continuación, exploramos las principales tendencias y conclusiones del scouting de este Sudamericano Sub-17.

Brasil sigue marcando el estándar

El triunfo de Brasil en el Sudamericano Sub-17 2025 es más que otro trofeo: es una confirmación de que la cantera de talento de élite sigue tan fuerte como siempre. Aunque las redes de scouting globales están en expansión y otras naciones se están acercando, Brasil continúa siendo el referente en Sudamérica.

La Canarinha ha ganado 14 de las 20 ediciones del torneo desde su creación en 1985, un nivel de consistencia asombroso que en 2025 volvió a quedar demostrado. Pero para los ojeadores, no se trata solo de títulos. Lo que hace que los Sub-17 de Brasil sean tan relevantes es la calidad técnica, madurez táctica y profundidad posicional que muestran incluso en esta etapa temprana.

La gran figura de este año fue Ruan Pablo, el eléctrico extremo de Bahia, quien terminó el torneo con tres goles y dos asistencias. Pero las cifras solo cuentan una parte de la historia. Lo que destaca al ver los vídeos es su capacidad para encarar 1v1, superar rivales con facilidad y generar espacios en zonas reducidas. Su aceleración explosiva, control en carrera y habilidad para encontrar espacios en el último tercio lo convirtieron en una amenaza constante, especialmente en transición.

Aunque diestro, Ruan Pablo jugó principalmente por la banda izquierda, recortando hacia el centro con gran efecto, pero también mostrando la inteligencia para desbordar y centrar. Las imágenes en Hudl Wyscout destacan su capacidad para actuar en todo el frente de ataque y adaptar sus movimientos según el espacio y la estructura rival, lo que lo vuelve tácticamente versátil y compatible con múltiples sistemas.

Físicamente también va un paso adelante: su contextura atlética lo hace fuerte en los duelos, equilibrado bajo presión y capaz de mantener esfuerzos de alta intensidad durante los 90 minutos.

Esta combinación de calidad técnica y preparación física es exactamente el tipo de perfil que los clubes de élite buscan identificar cuanto antes. Y no está solo. Desde laterales ofensivos como Denner (ya fichado por Chelsea), hasta organizadores de juego como Zé Lucas y Gustavo Gomes, extremos como Kayke, centrales imponentes como Kauã Prates y creadores como Felipe de Morais, la plantilla de Brasil estaba repleta de jugadores con potencial de selección absoluta.

El éxito continuo de Brasil en esta categoría confirma lo que muchos en captación ya saben: si estás haciendo scouting en Sudamérica y no miras al Sub-17 de Brasil, estás ignorando al equipo que marca la pauta.

Las nuevas generaciones de Chile y Venezuela ofrecen valor emergente

Aunque Brasil sigue siendo el modelo a seguir, la edición 2025 del Sudamericano Sub-17 también demostró cuán rápido puede cambiar el equilibrio de talento en Sudamérica. Chile y Venezuela quizás no llegaron a la final, pero ambos presentaron plantillas altamente competitivas, tanto en rendimiento colectivo como en la calidad individual de sus prospectos a largo plazo.

La caída internacional de Chile en los últimos años, tras sus títulos consecutivos en la Copa América, se debió en parte al fin de su generación dorada. Pero hay motivos para ilusionarse.

En el Sudamericano Sub-17, Chile mostró una nueva ola de jugadores técnicamente dotados, tácticamente inteligentes y mentalmente resilientes. Figuras como los jugadores de Colo-Colo Alonso Olguín y Yastin Cuevas, Zidane Yáñez del New York City FC, Cristóbal Sepúlveda de La Serena y el mediocampista Sebastián Vargas de Santiago Wanderers parecen tener potencial de selección absoluta.

Pero el que más brilló fue, sin duda, el lateral derecho Martín Jiménez. Sereno en la salida, agresivo en los duelos y confiado en ataque, Jiménez dio amplitud y equilibrio a lo largo del torneo. Su capacidad para elegir cuándo desbordar y centrar con precisión fue notable, al igual que su lectura defensiva —algo poco común en laterales ofensivos a esta edad. Seguro bajo presión y cómodo jugando desde el fondo, parece estar ya listo para el fútbol profesional.

Venezuela, por su parte, sigue consolidando el buen trabajo en sus categorías inferiores. El Sub-17 de la Vinotinto se mostró cohesionado, físicamente preparado y tácticamente bien trabajado, reflejo de un sistema que empieza a producir prospectos más consistentes.

Diego Claut destacó como un delantero móvil y técnicamente dotado, que marcó cuatro goles en apenas cinco partidos. Su combinación de movilidad, toma de decisiones e instinto goleador lo convirtieron en uno de los atacantes más atractivos de todo el torneo. Aún en las filas del modesto Deportivo Miranda de Venezuela, el Sudamericano representó su gran salto a la escena, y resulta difícil imaginar que el joven de 17 años permanezca allí por mucho tiempo.

Para los ojeadores, estos desempeños refuerzan una idea clave: mercados emergentes como Chile y Venezuela pueden ofrecer acceso temprano a talento de alto potencial, a menor coste y con menos competencia.

El caso de Colombia: por qué la visibilidad importa

Uno de los jugadores más comentados tras el torneo no fue parte del equipo campeón, sino de una selección que estuvo a un penalti de levantar el trofeo. El Sub-17 de Colombia llegó hasta la final, llevando a Brasil al límite antes de caer desde los 12 pasos. Y, sin embargo, para muchos ojeadores, este equipo —y sus figuras— aparecieron en el radar durante el torneo.

El que lideró ese despertar fue Santiago Londoño, el potente delantero centro de Colombia. Su mezcla de físico, juego de espaldas y presencia en el área destacó durante todo el certamen. Cinco goles y una asistencia en cinco partidos fueron el resultado de su incansable movilidad y presión sobre los centrales rivales.

Cuando terminó el torneo, ya se hablaba del interés de Borussia Dortmund, Chelsea, Juventus y PSG por el último talento surgido de las excelentes divisiones juveniles de Envigado.

El repentino interés no se debió a un pico de forma, sino a visibilidad. En Colombia crece la sensación de que la falta de exposición internacional impide que muchos talentos sean vistos. Sin cobertura en video ni datos accesibles, jugadores como Londoño corren el riesgo de pasar desapercibidos.

La atención generada en torno a Londoño tras el torneo es una señal clara: la infraestructura que rodea al talento importa tanto como el talento mismo. Siempre tuvo las herramientas, lo que cambió fue el escaparate. Y dado que hoy el scouting depende en gran medida de la visibilidad digital, si los jugadores no están en Hudl Wyscout —la videoteca futbolística más grande del mundo—, corren el riesgo de ser invisibles para el mercado moderno.

¿El próximo gran ‘9’ argentino?

Argentina nunca ha carecido de grandes delanteros centro —el verdadero reto ha sido elegir entre ellos. Gabriel Batistuta y Hernán Crespo compitieron por el puesto; una década después, fueron Sergio Agüero y Gonzalo Higuaín. Hoy, Lionel Scaloni se debate entre Julián Álvarez y Lautaro Martínez. Y aunque Agustín Ruberto parecía el siguiente en la fila tras ganar la Bota de Oro en el Mundial Sub-17 de 2023, el surgimiento de Thomas De Martis sugiere que tendrá competencia.

El delantero de Lanús terminó como máximo goleador del Sudamericano con seis tantos en seis partidos, consolidando una tendencia: Argentina sigue produciendo atacantes inteligentes, eficientes y con hambre de gol.

Lo que distingue a De Martis no es solo su registro, sino su estilo. Es un delantero moderno: físicamente fuerte, potente tanto en movimientos como en golpeo, e instintivo en el área.

Su perfil recuerda mucho al de Lautaro Martínez a la misma edad: obsesión por el gol, capacidad para atacar espacios y determinación constante en el área. Como Lautaro, juega cada momento como si fuera decisivo: siempre atento a rebotes, rápido para ajustar su cuerpo y rematar, y siempre cerca de la acción final.

Y aunque aún no tiene la atención global de otros como Tomás Parmo, Uriel Ojeda, Juan Meza o Matías Acevedo, De Martis dejó una huella. Su actuación seguramente despertó el interés de clubes europeos incluso antes de debutar en la primera de Lanús.

Pero si algo ha demostrado Argentina, es que producir ‘9s’ de élite es solo una parte del proceso. Desarrollarlos es el verdadero desafío. Adolfo Gaich, una vez promesa juvenil, ha pasado de préstamo en préstamo sin encontrar estabilidad. Santiago Castro, en cambio, ya impresiona en Italia tras su salida de Vélez. ¿La diferencia? Entorno, oportunidades y una trayectoria de desarrollo adecuada.

En un país que nunca deja de generar goleadores, Thomas De Martis es el próximo a seguir.

Una ola de irrupciones aún más jóvenes

Una de las tendencias más llamativas del Sudamericano Sub-17 2025 fue la cantidad de jugadores nacidos en 2009 que no solo formaron parte de las plantillas, sino que destacaron. En un torneo habitualmente dominado por quienes están en el último año de elegibilidad, esta nueva ola de jugadores más jóvenes refuerza la necesidad de iniciar el scouting aún antes.

Ejemplos claros: Miguel Agámez (Colombia), Edwin Quintero y Deinner Ordóñez (Ecuador), y Vicente Villegas (Chile). Todos dos años menores que muchos de sus rivales, pero con una madurez y calidad técnica que atrajo la atención de scouts.

Agámez, con solo 15 años, manejó el mediocampo colombiano con aplomo, recuperando y distribuyendo con inteligencia. Quintero, de Independiente del Valle, destacó por su dinamismo, mientras que Ordóñez, un central imponente, mostró una jerarquía poco común para su edad. Por su parte, Villegas dejó claro que puede ser el futuro arquero de Chile: seguro, vocal y dominante en su área.

El hecho de que no solo fueran convocados, sino que tuvieran minutos importantes, demuestra la confianza depositada en su calidad y cómo algunas federaciones están acelerando el desarrollo de sus mejores talentos. Para clubes y scouts, el mensaje es claro: cuanto antes los veas, mejor.

¿La conclusión? El scouting en etapas tempranas requiere hoy de las herramientas adecuadas, una mentalidad proactiva y la disposición para actuar antes de que lo haga el resto del mercado.

El scouting del Sudamericano Sub-17 es más importante que nunca

El Sudamericano Sub-17 2025 reafirmó por qué sigue siendo uno de los torneos juveniles más importantes del mundo. Ya sea por el dominio sostenido de Brasil, la aparición de nuevas figuras o las revelaciones como Santiago Londoño y Thomas De Martis, este torneo ofrece una ventana directa al futuro del fútbol sudamericano.

En un escenario donde la identificación temprana lo es todo, certámenes como el Sudamericano Sub-17 son oportunidades que no se pueden dejar pasar. Si los clubes no lo están siguiendo con las herramientas adecuadas, ya están en desventaja.

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